Sensaciones, estímulos y recuerdos...


“La fotografía podría ser esa tenue luz que humildemente nos ayudara a cambiar las cosas”.

Eugene Smith

La siguiente  entrada  trata  sobre una  reflexión que girará entorno  a la cita anteriormente mencionada de Eugene Smith.

A través de las distintas formas  de ver de cada uno de nosotros (aparentemente igual)  tenemos la  posibilidad de cambiar las  cosas,  por minusculamente que nos  parezca.

La fotografía es un medio con el que expresar, transmitir y observar  un determinado contenido, y ahí es  donde cada uno de  nosotros juega con  su poder vitalicio de  poder  cambiar  las  cosas, bien sean de modo ético  reivindicativo,  artístico, comercial,  o  simplemente  querer mostrar algo desde la  belleza  de  su propio punto de  vista.

Habitualmente concebimos la fotografía  como algo mecánico, con  el que mostrarnos un echo, o una manera infinita en el   tiempo de conservar un recuerdo.

Pero si miramos más allá de ese punto de vista  mecánico, por  llamarlo de alguna forma, podemos  concebir la fotografía como un medio visceral desde el que el fotógrafo  se a propuesto mostrarnos la belleza de una situación determinada  en el  tiempo, que a él mismo le ha causado una determinada sensación, ya  sea  por recuerdos, por lo que le  sugiera la  fotografía compositívamente o colorimétricamente hablando. 

Es una sensación plasmada, bien en un medio digital o físico, para en muchos casos, para el resto de la vida, en  el  que tras  ese  medio se acerca al  consumidor a  experimentar esa sensación.

Interviniendo de una manera aplastante, entra el  factor  luz (foto),  con  el que  sin este factor sería imposible la  realización de dichas instantáneas   con el que podremos manipular la concepción del   espectador mediante el color, la  temperatura y como no,  su  localización  y  grados de  dureza. 

Ya que el ojo através  de los conos,  sistema  receptor de la  luz, enviará un determinado estímulo al cerebro,  mediante  el  cual interpretaremos  la  fotografía   y  nos sugerirá una sensación u otra.

Solo  las personas que experimentan este innato  e infinito placer  (fotografiar) , conocen la subjetividad  de esta  poderosa arma, con la  que podremos  remover conciencias, reivindicar  o  simplemente satisfacernos visualmente  con el simple echo  de observar una fotografía.

Cuanto  más fotografío,  mas son  las sensaciones que experimento y haré  experimentar  al  que la observe.

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